
¿Qué supone tener equilibrio psíquico y estar en armonía?
Estamos en armonía cuando hemos sido capaces de conjugar nuestra estabilidad interna con el ambiente que nos rodea, sabiendo adaptarnos a las circunstancias, positivas o adversas, afrontándolas y extrayendo de ellas los aprendizajes más beneficiosos para nuestro desarrollo.
La palabra “equilibrio” procede de los vocablos latinos “aequus” y “libra”. El primero significa “igual” y el segundo “balanza”, siendo así que “equilibrio” viene a hablarnos de fuerzas iguales que se compensan y que no se presionan unas a otras.
Una persona equilibrada es capaz de darle el justo valor a las cosas que le ocurren, a sus posibilidades reales, a sus ilusiones, a su forma de actuar.
No carece de instintos ni de normas, pero sabe aplicarlas adecuada y oportunamente. Tiene una actuación coherente en su vida y la defiende sin avasallar a aquellos que difieren de sus ideas, tendencias o conductas.
¿Es fácil llegar a ser una persona en armonía?
Sin duda es una meta deseable pero tenemos que atrevernos a realizar algunas tareas que sirvan para enfrentarnos con pequeñas debilidades personales y desprendernos de algunos mecanismos de defensa. Para estar en armonía es necesario:
Querer hacer ese esfuerzo.
No desanimarse en el intento, aunque encontremos barreras u obstáculos que nos pongan la tarea más difícil de lo que, en un primer momento, imaginábamos.
Permitirnos ser frágiles, fuertes, rígidos, flexibles, sabios, torpes, ocurrentes o simples, en definitiva “humanos”.
También es importante que aprendamos estrategias de autocontrol, porque la falta de control hacia nosotr@s mism@s puede repercutir en nuestro equilibrio psíquico.
Síntomas de falta de autocontrol:
No sé controlarme internamente cuando tengo un pensamiento recurrente que no deseo.
Cuando me agobio por no saber dosificar mi tiempo.
Cuando me falta disciplina y me relajo en un estado de dejadez que me lleva a la insatisfacción o la desidia.
Cuando deseo una cosa y no lucho por conseguirla.
Cuando no se aceptar mis características Cuando mi impulsividad se muestra irracional.
Cuando mi razón limita mis necesidades más vitales, etc.
¿Cómo exteriorizo esa falta de control ante los demás?
Cuando digo o hago lo que no quiero decir o hacer.
Cuando falto al respeto al otro.
Cuando me violento exageradamente ante un cumplido o una crítica.
Cuando mis gestos delatan, sin que yo lo desee, mis sentimientos internos.
Cuando no se defender mis criterios con sosiego.
Cuando no admito una opinión diferente…
Cómo vivir en armonía y ser más feliz:
Deja ir las comparaciones.
Deja ir la competencia.
Deja ir los juicios
Deja ir el enojo.
Deja ir las preocupaciones.
Deja ir los remordimientos.
Deja ir la culpa
Deja ir las excusas.
Dejar ir el miedo.
Ríe a carcajadas una vez al día, sobre todo de tu inhabilidad de dejar ir todo lo de arriba.
Fuente via En Positivo
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