Walter Mehrer L
La salud cognitiva es la capacidad de pensar, razonar, reflexionar, recordar y tomar decisiones de manera saludable para que reviertan en nuestro bienestar. Es bueno que todas estas funciones superiores trabajen en armonía para favorecer el equilibrio, la felicidad y la adaptación a cada evento que nos traiga la vida.
De este modo, trabajos de investigación, como los llevados a cabo en la Escuela de Medicina Mount Sinai, nos señalan algo muy relevante al respecto. Hoy sabemos que el entramado que forman las creencias, las actitudes y los pensamientos juegan un papel muy importante a la hora de recuperarnos de una enfermedad. Lo que no se cuenta muchas veces es que se crean grupos de apoyo para aumentar las posibilidades de éxito de una intervención o tratamiento médico, además de por supuesto para que se sientan mejor.
¿Cómo puedo cuidar de mi salud cognitiva?
Un hecho que cada vez tenemos más claro sobre el cerebro es que su plasticidad, es decir la capacidad que tiene la estructura cerebral para modificarse y variar con el aprendizaje, es inmensa. Podemos promover nuestra salud cognitiva aprendiendo a pensar de otro modo, sustituyendo unos pensamientos por otros, siendo conscientes también, de esos esquemas que alimentan el malestar.
Estas son unas sencillas claves para empezar a lograrlo.
Los sesgos cognitivos, promotores del sufrimiento constante
Un sesgo cognitivo es un atajo, un juicio inexacto por el que interpretamos la realidad.Son errores inconscientes de razonamiento que distorsionan nuestra visión del mundo. Ejemplo de ello podría ser pensar que solo porque alguien es atractivo, todas sus virtudes humanas será nobles e igualmente hermosas.Sesgos son también generalizar, pensar de manera dicotómica (las cosas son buenas o malas), asumir que solo nosotros llevamos la razón y que los demás se equivocan o que nosotros no albergamos ningún prejuicio, que procesamos la realidad de manera veraz, sin filtro ni distorsión alguna.
Para cuidar de nuestra salud cognitiva es esencial que tomemos consciencia de que nuestra mente piensa y razona a base de este tipo de heurísticos.
Una mente atenta al entorno, sensible a la vez a las necesidades internas
Enfoque externo y autocuidado interno. Ser sensible a lo que acontece en nuestro interior, pero mantener a la vez el enfoque también en el exterior.
Todo ello parece complicado, es cierto, pero para promover y potenciar nuestra salud cognitiva es necesario realizar constantes viajes constantes de dentro a fuera. Esto significa tener que poner en práctica varias competencias:
Debemos aprender a desarrollar nuestro enfoque, es decir, a orientar la atención hacia lo que es verdaderamente importante. Hay que educar la mirada y la mente hacia las prioridades.
Asimismo, es necesario poner en práctica actividades de autocuidado. ¿Qué significa esto? Implica tomar contacto con todo aquello que acontece en nuestro jardín mental (¿qué me preocupa, por qué tengo este pensamiento, por qué no busco una solución a este problema?).
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